Todos los seres vivientes necesitan determinadas condiciones para su crecimiento: espacio, nutrientes, temperatura para su desarrollo y son los genes que gobiernan y dirigen todos estos procesos de selección. Esto se da aun en los ADN de los vegetales. Estos permiten el desarrollo de otras especies que le favorecen su crecimiento y alejan, de diversas maneras, a otras especies que van a competir con ella. Unas veces solicitará la colaboración de algunos insectos ofreciéndoles nutrientes o alojamiento en su propia planta, con la condición de que elimine a sus enemigos, que la puedan dañar. Pero es capaz de producir tóxicos contra otras especies, incluidos los humanos y condicionar daños y aun su muerte. Otras veces modifican su exterior, para evitar que sean dañadas, como la aparición de espinas y otros armamentos que impiden ser comidas con facilidad. De esta manera defienden su espacio.
Existen plantas con definida acción anti infecciosa, siendo la más conocida el aloe vera, conocida como sábila en el Perú, nombrada desde épocas antiguas como plantas útiles para combatir infecciones diversas, especialmente de la piel, con buenos resultados. Si bien no hay estudios comparativos científicos, lo cierto que definitivamente debe ser estudiada para determinar las partes que tienen estos efectos y poder desarrollar una nueva estrategia para combatir infecciones de diversas índoles. Hay países que producen gran cantidad de aloe, orientada a la cosmética, pero lo que se necesita con urgencia es el desarrollo de nuevas sustancia antimicrobianas y dentro de algunas alternativas pensadas, está encontrarlas en otra plantas o re- explorar los fagos que usaba ,con éxito, la escuela médica rusa de los 40.
Ya vimos cómo las plantas desarrollan sistemas defensivos, ahora nos preguntaremos:
¿Para qué, los hongos, producen antibióticos?
Es indudable que los antibióticos son sistemas defensivos de los hongos, para defenderse de las bacterias y de otros hongos que los atacan, naturalmente está diseñado en su ADN y se producirán, sólo si tienen la necesidad de hacerlo. Cumplen la misma finalidad: evitar su destrucción.
En 1929, en el Hospital Sant Mary, Londres, Alexander Fleming estudiaba la lisozima contra el estafilococos dorado, pero el petri, plato de vidrio en donde se realiza el cultivo de los microorganismo en el laboratorio, fue contaminado con hongo penicillium notatum.Se comenta, que por alguna razón, lo dejó a la intemperie y pudo descubrir, luego de algunos días, que los estalicocos habían sido inhibidos en su desarrollo por alguna sustancia producida por este hongo. No prestó mayor relevancia a este descubrimiento, hizo una publicación y cambió de interés, debido a los prejuicios en el uso de sustancias de este tipo, en esas épocas.
La Segunda Guerra Mundial, avivó el interés de tener sustancias que puedan controlar las infecciones en las heridas de guerra de los soldados. En 1940 un Equipo de Oxford, liderado por Howard Walter Florey, encontró los trabajos del hongo penicillium notatum.Se dedicaron a su estudio, y luego al desarrollo de esta investigación, llegando a aislar la penicilina.
Florey era el encargado de las investigaciones clínicas, Ernst Boris Chain era el encargado de la purificación de las sustancias y Norman George Heatley el encargado de cultivar grandes volúmenes del hongo. Sin embargo, al igual que lo sucedido con Tesla, fueron silenciados por los medios científicos interesados, atribuyéndose todo el mérito a Fleming.
¿Son los hongos los únicos que producen antibióticos?
No, al igual que algunos hongos, algunas bacterias producen antibióticos con la misma finalidad, que es la defenderse de la agresión de otra bacteria. La gran mayoría de antibióticos son producidos por las bacterias destacándose las del género estreptomyces. Veamos el siguiente listado:
Antibiótico Producido por
Penicilina Hongo Penicillium chrysogenus (supera al Notatum.)
Cefalosporina Hongo Cephalosporium acromonium.
Griseofulvina Hongo Penicillium griseofulvin
Bacitracina Bacteria Bacilus subtilis
Polimixina Bacteria Bacilus Polimixa
Anfotericina B Bacteria Estreptomyces nodoso
Eritromicina Bacteria Estreptomyces erythreus
Neomicina Bacteria Estreptomyces fradiae
Estreptomicina Bacteria Estreptomyces griseus
Tetraciclina Bacteria Estreptomyces rimosus
Vancomicina Bacteria Estreptomyces orientalis
Gentamicina Bacteria Micromonospora purpurea
Rifanpicina Bacteria Estreptomyces mediterranei
Como vemos en la gráfica anterior hay antibióticos producidos por hongos que se usan para combatir bacterias y hay antibióticos producidos por bacterias que se usan para combatir hongos, causantes de enfermedades como el caso de la Anfotericina B.
La era antibiótica se inicia en los 40, en la Guerra Mundial y fue tal su difusión y mal uso, que los laboratorios que la producían tuvieron ingentes ganancias, pero marcaron el derrotero del mal uso de estos productos y la posterior aparición de resistencia bacteriana, ya que tuvieron que modificar fórmulas y comenzar a usar antibetalactamasa que las bacterias mutadas o no, empezaban a producir, para inactivar el núcleo betalactámicos de los antibióticos que la tenían ,iniciando la producción de antibióticos sintéticos y semisintéticos.
¿Cómo atacan los antibióticos?
La supervivencia del gen, llámese hongo o bacteria, plantea tener las condiciones de adecuado desarrollo, los antibióticos atacan e impiden la síntesis de pared celular, de la membrana celular o de la síntesis de proteínas, todos estos pasos son necesarios para que hongos o bacterias puedan sobrevivir y sobretodo reproducirse. Se calcula que las mutaciones cromosómicas se dan en 1/1000000 y 1/10000000 divisiones bacterianas y estas sirven para convertir a la célula atacada, hongo o bacteria, en resistentes al antibiótico que está recibiendo.
Las penicilinas y las cefalosporinas impiden la formación de la pared celular de las bacterias, la Anfotericina B actúa de la misma manera contra la pared de los hongos, lo que origina la muerte en gérmenes sensibles.
La eritomicina, Neomicina, estreptomicina, tetraciclina, Vancomicina, gentamicina y Rifanpicina actúan al interior de las bacterias impidiendo la síntesis de sus proteínas y ocasionando su muerte.
El termino Espacio Vital usado en esta sección, sólo intenta hacer un símil de los términos de Rudolf Kjellen y Friedrich Ratzel, aplicado a las necesidades de los microorganismos.